Marea infinita

Marea Infinita es una obra de arte generativo que visualiza en tiempo real el flujo de las mareas de A Coruña, la ciudad donde nací. Aunque estas obras puedan estar en cualquier parte del mundo, siempre seguirán el pulso del Atlántico, manteniendo un vínculo eterno con su origen.

Año: 2025
Medio: Algoritmo generativo, ordenador, pantalla de 4” de alta resolución.

Cada pieza es única y genera una cartografía extensa de líneas, un mapa de corrientes que se despliega en la pantalla. La animación nos invita a un viaje por esta cartografía, revelando nuevos rincones a medida que avanza. Explora este mar de trazos hasta llegar a sus límites, momento en el que regresa al centro para iniciar un nuevo rumbo, mostrando otra parte de su cartografía en un ciclo infinito de descubrimiento.

La sincronización con la marea no solo rige el flujo de la obra, sino también su densidad visual. Cuando hay marea alta, las líneas alcanzan su grosor máximo, rellenando cada hueco como el mar en pleamar cubriendo la costa. Cuando la marea baja, las líneas se afinan y el dibujo se vacía, dejando amplios espacios entre ellas, como el agua retirándose y revelando la orilla.

El algoritmo está anclado a mí y a mi ciudad. Es autónomo en el cálculo de las mareas, utilizando los ciclos lunares y los datos armónicos de la costa coruñesa, medidos por el mareógrafo del muelle de Calvo Sotelo en el puerto de A Coruña.

Como la marea está en constante cambio, al menos una vez al año, actualizaré los datos para que continúe manteniendo la sincronización exacta con la marea de mi ciudad.

Mientras yo exista, la obra seguirá fiel al ritmo del Atlántico. Pero cuando ya no pueda hacerlo, cuando mi conexión con este mar se apague, quedará a la deriva, perdiendo lentamente su exactitud, como una corriente sin rumbo, dejándose llevar por el tiempo.

Esta obra está disponible en diferentes formatos, desde pequeñas pantallas hasta grandes instalaciones, formando parte de una serie de objetos digitales, cada uno con su propia cartografía única. Es un mapa vivo, anclado a su origen, que aunque algún día quede a la deriva, seguirá explorando el Atlántico de mi memoria.

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